Por: Consuelo Pacheco
El pasado 7 de septiembre la población argelina fue llamada a elecciones, que reunieron solamente a 5.630.196 ciudadanos en las urnas. La participación total involucró activamente a un 23% de la población, siendo electo el presidente actual, Abdelmadjid Tebboune, con el 94% de los votos; dicho porcentaje puede explicarse por la poca concurrencia.
Los pronósticos, que ya apuntaban a una previsible victoria de Tebboune, se han cumplido al pie de la letra y el dirigente continuará cinco años más al frente del país africano. Los otros dos candidatos, Abdelali Hassani, del partido islamista Movimiento de la Sociedad por la Paz, y Youcef Aouchiche, del Frente de Fuerzas Socialistas, han sumado un tres y un dos por ciento de los votos respectivamente y no alcanzaron a su rival ni de cerca.
Tebboune, de 78 años, había ganado hace 5 años mediante fraude electoral y no se ha descartado completamente que se haya usado ese mismo proceder en las presentes elecciones. Su respaldo se concentra en el ejército, actor que controla las elecciones. Asimismo, un dato curioso que llamó la atención fue el hecho de que muchos colegios electorales de Argel estuvieron prácticamente vacíos, con la excepción de decenas de agentes que vigilaban los puestos de votación.
Este año, en las elecciones de Argelia, la tasa de participación fue una de las más bajas de los últimos años, por ejemplo en comparación con 2019, donde la votación efectiva consistió en el 48.7% de la población. El voto joven fue crucial en estas elecciones; muchos de ellos, se rehusaron a votar, sosteniendo que sólo asistirán a las urnas cuando Argelia sea verdaderamente libre, tildando a los resultados obtenidos en los comicios como una farsa.
Tanto los jóvenes como la oposición, creen que las elecciones fueron meros trámites para que el presidente sea reelegido y se perpetúe por 5 años más en el poder. Muchos diarios sostuvieron que, entre los candidatos, el ganador era el mejor. Sin embargo, la ausencia de los jóvenes y la poca participación demuestran cierto descontento; quienes votaron a favor, lo hicieron porque no había muchas opciones para elegir.
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