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"EL FIN DEL ORDEN MUNDIAL AMERICANO- EL MUNDO MULTIPLEX" DE AMITAV ACHARYA

En el año 2014, Amitav Acharya publicó el libro “The End of American World Order”, del cual el primero de sus capítulos se titula A Multiplex World. En este capítulo, se cuenta a grandes rasgos que en el orden mundial americano, donde Estados Unidos tenía el dominio de todo el mundo, sobresalía en lo militar, económico y tecnológico, entre muchos otros aspectos.


Sin embargo, Acharya explica que no es lo mismo la caída del orden mundial americano que la caída de Estados Unidos, ya que lo que ocurre a partir de un momento determinado es la caída de la hegemonía americana liberal, que se desarrolló desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y que se potenció más que nunca con el fin de la Guerra Fría a inicios de los noventa.


Lo que se examina en el texto es el concepto de orden mundial americano, debido a que uno no duda que Estados Unidos seguirá siendo clave en la política internacional y que seguirá ejerciendo un rol como protagonista en el mundo. Pero el orden mundial americano, como se lo veía hace unos años, hoy es bastante cuestionable. Esto no implica sólo el fin del momento unipolar, sino que alude también a muchos aspectos en los que Estados Unidos sigue mostrándose como un país menos poderoso que antes, ya sea regional o globalmente.


En cuanto a esto, Acharya dice que hay varias potencias emergentes, pero que están más preocupadas por generar un mayor declive del orden mundial americano que por generar una nueva forma de gobernanza global mediante sus propias iniciativas. Aparte de no presentar una estructura de gobernanza global propia, el orden mundial americano ya le ha enseñado a las potencias emergentes que para controlar el globo es necesario, en primer lugar, que las potencias controlen medianamente su región, cosa que para los asiáticos es complejo a causa de la cantidad de potencias ubicadas en una sola zona.


También, de acuerdo a la visión de Acharya, es probable que el orden mundial americano se reemplace por una gran rivalidad multipolar que tenga distintos y nuevos focos de conflicto o de tensión como los regionalismos, algo que será trascendental el día de mañana según el autor.


Este nuevo mundo post caída del orden mundial americano es más descentralizado, complejo y multidimensional, sumado a que cuenta con una interdependencia de actores cada vez mayor; entonces ¿cómo hacemos para visualizarlo? En esta ocasión, Acharya cita a Joseph Nye, quién argumenta que el mundo puede ser visto como un “juego de ajedrez” tridimensional. La primera dimensión explicada por Nye a tener en cuenta es la militar, donde sigue teniendo un gran predominio la potencia norteamericana. La segunda es la económica, que ya se ha vuelto multipolar y dejó de ser un control completo por parte de Estados Unidos. Y en cuanto a la tercera dimensión, ésta se desarrolla en los intercambios que se dan en las fronteras entre actores no estatales, que van desde grupos sociales distribuidos a nivel global hasta grupos terroristas (en esta dimensión, el poder para Nye está caóticamente diversificado).


Dejando esta visión de Nye de lado, para Acharya el mundo puede verse, pero no como un juego de ajedrez sino como un cine… como un cine multiplex.


Puede verse el sistema internacional como una película, y en este sentido, ya Estados Unidos no es el único que actúa, escribe el guion, produce y dirige la película, sino que hay más actores y una mayor descentralización y distribución de estos. A su vez, este mundo multiplex puede analizarse desde cuatro dimensiones que son las siguientes: en primer lugar, la altura, entendida como la distribución de poder en términos de hardpower que forma una jerarquía internacional con potencias establecidas y emergentes. En segundo lugar, está la longitud, entendida como el alcance geográfico representado como grado y dispersión del orden global, capturando diferentes órdenes regionales. En tercer lugar, está la profundidad, que refiere a la calidad y solidez del orden que dependen de condiciones tales como interdependencia, multilateralismo y softpower (además de referir también a la legitimidad del orden).


La cuarta y última dimensión que brinda el autor es el tiempo, que relata sobre la esencial transición de los distintos órdenes, cuándo uno empieza y cuándo termina. Nos recuerda también que no puede haber dos órdenes iguales, cada uno tiene sus rasgos distintivos por más semejanzas que haya con el pasado.


Habiendo visto este texto de este teórico, lo que puede decirse, a modo de conclusión, es que hoy nos encontramos en un mundo posterior al orden mundial americano, con actores como China, Rusia e India, y sin olvidar a actores no estatales que tanta importancia tienen en el día de hoy, que van desde la Cruz Roja hasta ISIS por dar un par de ejemplos. Para cerrar, ¿cómo puede verse el mundo multiplex hoy en el sistema internacional? ¿Se traducirá el mundo multiplex y la caída del orden mundial americano en una gran multipolaridad? 


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