Por: Delfina Camorati Groppa
La nueva docuserie de Netflix sobre el oscuro periodo de nuestra historia, ¿es sólo una más entre tantas?
Con un original enfoque, Hitler y los Nazis nos muestra, a lo largo de los 6 capítulos, no sólo los inicios del nazismo sino también los del dictador; desde sus infancia, su ideología, el impacto de los hechos del principio del siglo XX y cómo la sociedad alemana fue receptiva ante las propuestas del partido.
Se nos presenta narrado desde la perspectiva de Shirer, un periodista estadounidense con un sexto sentido para presagiar dónde se desarrollará la historia que cubrió el régimen nacional socialista desde 1934 hasta su caída, junto con los posteriores juicios de Nuremberg.
¿Cómo informar sobre la situación con la Gestapo en la puerta y sus herramientas de censura? La frustración de un hombre que ve el mundo marchando hacia un terrible destino y que no puede hacer nada al respecto más que en pocas líneas tratar de plasmar un poco de conciencia.
Con su voz original lograda con IA, nos relata desde dentro, como una especie de cámara oculta, el lento avance del nacional socialismo. Se convirtió en el único vidente en una sociedad de ciegos, sus brazos eran los únicos abajo ante el “Heil Hitler” en las calles de Berlín.
Nos proporciona un análisis sobre la manipulación mediante la propaganda, las noticias falsas, y la lenta impregnación de la ideología Nazi en todos los aspectos de la vida de los alemanes desde las más jovenes edades. Berlinguer, director de la docuserie, nos acerca una cuota de empatía hacia la población alemana: gente buena pero guiada por un “grupo de malos”, como Shirer los describe, y responde a las preguntas sobre el por qué y el cómo, que muchos nos hacemos al pensar en la aceptación del régimen.
Se presentan guiños que hacen inevitable no pensar en los recientes hechos de nuestra historia global. Desde regiones de países que desean anexarse a otros y terminan en el despliegue de las tropas sobre la totalidad de la nación, las premisas de Hitler de “Make Germany Great Again”, hasta la discriminación presente en las agendas de gobierno, constituyen eventos que se dan de manera cíclica: todo parece un mensaje para volver de la historia al presente y tomar su consejo.
Su análisis es esencialmente importante en estos días, con sus saltos entre el principio y el final del régimen deja en claro el terrorífico impacto de lo aparentemente inofensivo en el futuro, y nos invitan una y otra vez a, como nos aconseja el narrador, ver la historia y prestar atención. Sin duda, recordar este fragmento de nuestra historia es esencial en los días que corren, para valorar hoy más que nunca la democracia y nuestra valiosa libertad.
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