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ORIENTALES, LA PATRIA A LAS URNAS

Foto del escritor: Santiago López MicossiSantiago López Micossi

Por: Santiago López Micossi


El domingo 30 de junio se celebraron las elecciones internas de los distintos partidos de la política uruguaya con vista a las elecciones generales de octubre. Estos comicios, que arrojaron resultados previsibles, se caracterizaron por una pobre concurrencia a las urnas y escándalos polémicos de referentes de las principales fuerzas. ¿Cuál será el rumbo de Uruguay en los meses venideros?


Pese a no ser el evento electoral principal, las internas son fundamentales dado que definen a los candidatos que competirán en las generales y sirven como una medición fidedigna de cara a octubre. Cada partido presenta sus precandidatos y los ciudadanos pueden votar por uno de ellos, definiendo así quiénes serán los candidatos oficiales para octubre. Cabe destacar que en la interna sólo se elige al candidato a presidente y luego, elegido éste, cada partido seleccionará a su compañero o compañera de fórmula para la vicepresidencia. Contrario a lo que ocurre en Argentina con las PASO, que son obligatorias, en Uruguay no lo son, lo cual influye significativamente en la tasa de participación. Esto, sumado a la percepción de que las internas no son tan cruciales como las generales, disminuye la motivación para votar: de los casi 2,8 millones de habitantes habilitados participaron cerca de 990 mil, lo que representa un piso histórico del 35,8% del padrón desde la última reforma constitucional de 1997.


Como viene ocurriendo durante este siglo, las principales fuerzas del país siguen siendo el Partido Nacional, el Frente Amplio y el Partido Colorado. Otros partidos menores, como Cabildo Abierto, el Partido Independiente o el Partido Ecologista Radical Intransigente, aspiran a obtener bancas dentro de la Asamblea General, pero carecen de la fortaleza necesaria para competir y decantar la balanza hacia un lado u otro. De la contienda entre blancos, frenteamplistas y colorados saldrá el próximo presidente, con un amplio favoritismo por los candidatos del Partido Nacional y del Frente Amplio, similar a las elecciones de 2019.


En primer lugar, el candidato electo por el Partido Nacional resultó ser el favorito propuesto por Luis Lacalle Pou; se trata de Álvaro Delgado, ex secretario de presidencia del actual presidente. Estará acompañado por Valeria Ripoll, ex dirigente de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales. La designación de Ripoll generó sorpresa y disconformidad en distintos sectores blancos debido a su pasado en el Partido Comunista y como gremialista. Siendo uno de los partidos tradicionales de Uruguay, el Partido Nacional presentó varios candidatos con una fuerte trayectoria política y, a pesar de las disputas internas, deberá unificar sus bases para presentar propuestas claras y efectivas ante los problemas más apremiantes del país que, según las encuestas, son la inseguridad, el desempleo y la economía.


Por otro lado, el candidato electo por el Frente Amplio fue Yamandú Orsi, actual intendente del departamento de Canelones, quién estará acompañado por Carolina Cosse, actual intendenta del departamento de Montevideo. Ambos se enfrentaron en la interna frenteamplista, pero el favorito de Pepe Mujica, Orsi, fue quien se alzó con más de la mitad de los votos. La competencia interna también reflejó la diversidad de corrientes dentro del Frente Amplio, siendo el principal desafío a encarar la unificación del partido y la presentación de propuestas que atraigan a un electorado más amplio.


Por último, el Partido Colorado será representado por Andrés Ojeda, abogado penalista que tomó notoriedad en televisión y por Robert Silva, ex presidente de la Administración Nacional de Educación Pública. Al igual que en la interna del Frente Amplio, ambos se enfrentaron en la interna resultando Ojeda primero y Silva segundo. Este partido histórico buscó revitalizar su imagen y atraer a nuevos votantes. Los precandidatos intentaron equilibrar la identidad tradicional del partido con propuestas innovadoras, modernas y atractivas para conectar con nuevos votantes, en particular, la juventud.


Pese a que los partidos principales sean tres, las chances concretas de alcanzar la presidencia la tienen solo dos, el Partido Nacional y el Frente Amplio. Los próximos meses serán de lucha y negociaciones para obtener la mayoría de los votos. Es difícil realizar un pronóstico, pero una cosa es cierta: la sociedad uruguaya tiene reclamos y la clase dirigencial debe atenderlos. 


Los próximos meses serán de lucha y negociaciones para obtener la mayoría de los votos ¿Cuál será el rumbo de Uruguay en los meses venideros? ¿Qué le espera a “la democracia más fuerte de América”? ¿Podrá afianzarse el Partido Nacional y obtener la reelección?


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