Por: Santiago Lopez Micossi
El conflicto entre Marruecos y Argelia es uno de los enfrentamientos más persistentes y complejos del continente. Las tensiones actuales, aunque exacerbadas por eventos recientes, tienen profundas raíces históricas que se remontan a las luchas coloniales y la descolonización de la región.
Antecedentes históricos
La independencia de Marruecos en 1956 y de Argelia en 1962 marcaron el inicio de una serie de conflictos fronterizos y disputas territoriales entre ambos países. La Guerra de la Arena (1963) fue un enfrentamiento breve pero significativo que surgió debido a la falta de acuerdo sobre las fronteras heredadas de la época colonial, lo que dejó un legado de desconfianza y rivalidad hasta la actualidad.
Adicionalmente, el Sahara Occidental es el principal punto de discordia entre Marruecos y Argelia. En 1975, tras la retirada de España, Marruecos y Mauritania intentaron anexionar el territorio, pero el Frente Polisario, históricamente apoyado por Argelia, proclamó la independencia estableciendo la República Árabe Saharaui Democrática. Este conflicto derivó en una guerra que duró hasta 1991, cuando se acordó un alto el fuego bajo los auspicios de la ONU y la promesa de un referéndum sobre la autodeterminación del Sahara Occidental, el cuál nunca se ha llevado a cabo debido a desacuerdos sobre el censo electoral, entre otras cuestiones.
Finalmente, en 1994, un atentado terrorista en Marrakech, que Marruecos atribuyó a Argelia, llevó al cierre de las fronteras entre ambos países y, desde entonces, las relaciones diplomáticas han sido tensas y caracterizadas por acusaciones mutuas y una creciente militarización.
La escalada reciente: ruptura de relaciones diplomáticas en 2021 e incidentes en el Sahara Occidental
En 2021, Argelia rompió relaciones diplomáticas con Marruecos señalándolo de culpable de acciones hostiles tras una serie de acusaciones de apoyo marroquí a movimientos separatistas en la región argelina de Kabylia y la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel, lo que aumentó las tensiones.
Meses más tarde se intensificó la situación en el Sahara Occidental tras la muerte de tres argelinos en una zona controlada por el Frente Polisario, hecho que Argelia atribuyó a un ataque marroquí y acrecentó aún más las tensiones. Tras este suceso, Marruecos incrementó su presencia militar en la región y realizó varias maniobras militares, lo que fue percibido como una amenaza por Argelia.
Influencia extranjera e impacto militar
Las potencias extranjeras han desempeñado un papel significativo en la escalada. Estados Unidos reconoció la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental en 2020 a cambio de la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel. Este acto fortaleció la posición de Marruecos en el conflicto. Por otro lado, Argelia ha mantenido una estrecha relación con Rusia, de donde obtiene la mayoría de sus suministros militares. Estas alianzas han intensificado la rivalidad regional y han complicado aún más las posibilidades de una resolución pacífica. El aumento en el gasto militar en ambos países refleja la profundización de la desconfianza mutua. En 2022, Marruecos y Argelia representaron casi tres cuartas partes del gasto militar del norte de África, a pesar de tener solo el cinco por ciento de la población de la región. Este aumento en el gasto militar ha llevado a una carrera armamentista que podría tener consecuencias devastadoras para la estabilidad regional.
Situaciones a futuro
Durante 2024 Argelia ocupa una banca rotativa en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que podría darle una plataforma para reposicionar el debate sobre el Sahara Occidental en la agenda internacional. Este nuevo rol diplomático de Argelia podría aumentar las tensiones si Marruecos percibe las acciones de Argelia como una amenaza directa a su soberanía. La falta de canales diplomáticos efectivos aumenta el riesgo de un conflicto armado abierto. Incidentes varios han avivado los temores de una escalada incontrolada. La continua militarización y las provocaciones mutuas podrían desencadenar un conflicto que trascendiera a otros países externos al Magreb.
El conflicto entre Marruecos y Argelia es una disputa multifacética con raíces históricas profundas y numerosas implicaciones contemporáneas. La cuestión del Sahara Occidental sigue siendo el núcleo del desacuerdo, exacerbado por las influencias externas y la competencia regional. Mientras ambos países continúan aumentando su gasto militar y manteniendo posiciones firmes, la posibilidad de una resolución pacífica parece lejana sin un cambio significativo en la dinámica diplomática y regional.
Comentarios