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ACEFALIA JUSTICIALISTA

Foto del escritor: Francisco NunesFrancisco Nunes

Desde hace casi un siglo, si se habla de política en la República Argentina, se habla del peronismo. Se lo ha intentado definir de múltiples maneras: un partido, un movimiento, un sentimiento. Sin embargo, el partido político más importante de la región en el último tiempo, está ante una crisis de liderazgo sin precedentes. Internas, lucha de egos, muchas son las causas de esta acefalía que enfrenta el peronismo después de la derrota electoral del pasado 22 de noviembre, derrota más que significativa, ya que derribó el mito que el peronismo unido era invencible.


La primera reacción de la derrota del justicialismo ante el binomio que conformaban Javier Milei y Victoria Villarruel no fue hacer un mea culpa y un análisis interno de qué fue lo que falló. En su lugar, siguieron con una práctica recurrente del partido: no hacerse cargo de que lo que pasó, era responsabilidad del gobierno saliente, queriendo instalarlo desde antes de que asumiera la fórmula presidencial triunfante. En cambio, era la culpa del gobierno predecesor, intentando así desligarse de los desastres económicos y sociales que la gestión que comandó al país en el período 2019-2023 había ocasionado. 


Han pasado ya 8 meses desde que el peronismo ha dejado el poder. Desde entonces, no hay un líder claro, sino que hay dos posibles líderes naturales que se imponen en una primera instancia: el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kiciloff, y el diputado y líder de “La Cámpora”, Máximo Kirchner. Por más que públicamente estos dos “candidatos” a la corona del PJ se muestran en paz y llaman a la unidad, funcionarios de ambos lados se han encargado, tanto de forma pública como de forma privada, de marcar el terreno y  dejar en evidencia el descontento con el “liderazgo” que se está ejerciendo desde la salida del gobierno hasta el día de la fecha. Tal es el caso del Intendente de Avellaneda y ex Ministro de Desarrollo Habitacional y Hábitat de la gestión Fernández-Fernández, Jorge Ferraresi. Éste se ha encargado, en distintos plenarios realizados en el conurbano bonaerense, de cuestionar la no respuesta del partido y de las distintas organizaciones relacionadas al mismo, como es el caso de la organización liderada por el mismo Kirchner. En el mismo carril está el actual Ministro de Desarrollo de la Comunidad del gobierno bonaerense, Andrés Larroque, quien en distintos actos públicos, como también en sus redes sociales, se ha encargado de posicionar al gobernador provincial como el legítimo heredero al liderazgo político del peronismo. 


Esta situación de acefalía del peronismo es algo más que llamativo, ya que en las otras elecciones donde el mismo salió derrotado, igualmente tenía un líder claro, como es el caso de Antonio Cafiero en 1983 tras la derrota en la primera elección desde la vuelta de la democracia, y el escenario posterior a la derrota en el primer ballotage de la historia argentina en 2015, donde indiscutidamente la dos veces Presidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner era la líder.


Por más que ambas vertientes del peronismo tengan un claro punto en común en el rechazo a las políticas llevadas a cabo por el actual gobierno nacional, esto no alcanza para ser una oposición competitiva. Por el contrario, hace que el peronismo siga en una pobre posición, en la cual está desde hace más de una década. Desde el espacio, aseguraron que iban a volver mejores, y no lo hicieron. No solo eso, sino que en vez de hacer una autocrítica y reconocer su indiscutible responsabilidad por la situación del país, ya que han gobernado en 16 de los últimos 20 años, han decidido nuevamente optar por la opción más fácil, en la que lo único que hacen es echar culpas. Mientras tanto, los efectos de las políticas llevadas a cabo por el peronismo son muy cuestionadas. Distintos escándalos de corrupción siguen saliendo a la luz, e incluso denuncias de abuso sexual, como las que recibió el Intendente de la Matanza, Fernando Espinoza, o la denuncia por violencia de género que recibió el ex Presidente de la Nación y, hasta hace pocos días, Presidente del Partido Justicialista, Alberto Fernández. Lo único que hacen estos escándalos es seguir hundiendo al peronismo en un pozo moral del cual será muy difícil que, si esta tendencia se mantiene, en algún momento puedan salir.


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