ARIEL LIJO: EL JUEZ QUE DIVIDE AL LIBERALISMO
- Francisco Galván
- 26 sept 2024
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Actualizado: 26 sept 2024
Por: Francisco Galván
El 15 de abril, el gobierno postuló al juez Ariel Lijo para cubrir la vacante en la Corte Suprema que dejó la renuncia de Elena Highton. Rápidamente la noticia generó controversias. Desde un sector de la sociedad, hubo un fuerte rechazo por creerlo a Lijo un juez corrupto. A tal punto que un senador libertario, Paoltroni, se plantó contra el presidente, más específicamente Santiago Caputo, y contra Lijo. Esta postura lo llevó a ser expulsado del bloque oficialista. Por la misma línea, el periodista Carlos Pagni llega a plantear que "Lijo significa la captura de la Corte por parte de Comodoro Py [sede de los tribunales federales], que es lo más opaco de la Justicia argentina." ¿Qué hizo para ganarse una reputación de este calibre? La orden del día.
Ariel Oscar Lijo, en 2004, se inscribe en el Concurso 59, el cual buscaba cubrir cuatro vacantes en los juzgados federales, quedando quinto. Sin embargo, dos de los que habían quedado mejor se bajaron para ir a otros cargos, por lo que entró Lijo y fue aprobado por el Senado en octubre. Desde entonces ejerce como Juez Federal a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n° 4.
Resulta importante señalar la cantidad de denuncias que Lijo recibió por mal desempeño o presunta comisión de delitos mientras ejercía, ya que al hacer un ranking de los jueces de Comodoro Py, Lijo es el tercero más denunciado ante el Consejo de la Magistratura (el organismo encargado de nombrar y sancionar a los jueces). Recibió 32 denuncias, de las cuales 3 están abiertas. Además, en relación al delito de corrupción, el juez parece gestionar estos con una particular inefectividad. Tuvo a su cargo 89 expedientes de corrupción, de los cuales 26 siguen abiertos. La mitad de estos tienen más de diez años. En total, es el juez que menos causas de corrupción elevó a juicio.
Para conocer a Lijo es provechoso conocer las causas que lo involucraron: una de ellas, fue una denuncia que se produjo contra él ante el Consejo de la Magistratura por “demoras excesivas en la tramitación de causas”, que involucran a funcionarios imputados por corrupción. Lijo negó las acusaciones, se defendió y el Consejo desestimó la denuncia en 2018. Lo curioso es que tras el archivo de la causa, Elisa Carrió denunció penalmente a Ariel, a su hermano Alfredo, y a un exministro de los Kirchner, Julio De Vido, entre otros, acusándolos de integrar una asociación ilícita que incluía lavado de dinero, coimas y tráfico de influencias. El caso llegó a manos del fiscal Franco Picardi, y el juez Julián Ercolini, quienes parecen haber acordado cerrar la causa. Ercolini sobreseyó a los acusados (suspendió el proceso judicial) y Picardi no apeló, por lo que el sobreseimiento quedó firme.
Otros casos que valen la pena mencionar son los siguientes:
El asesinato del entonces secretario de la CGT en 1973, José Ignacio Rucci. Lijo determinó que la causa no era un delito de lesa humanidad, por lo que no podía emitir una condena, ya que había pasado demasiado tiempo desde la ejecución del delito (si hubiese dictaminado que sí era una causa de lesa humanidad, esto no se aplicaría). A Victoria Villarruel no le gustó nada esto.
Para entender la relación Lijo-Macri, hay que hablar de la causa Correo Argentino. Se denunció un acuerdo “abusivo” por la deuda que la empresa Correos tenía con el estado, hecho durante la presidencia de Macri. Un detalle importante es que su familia controla Correo Argentino. La causa sigue abierta.
Finalmente tenemos a lo que probablemente sea su caso más importante: Ciccone. En esta, Lijo procesó en 2014 al vicepresidente de ese entonces, Amado Boudou, por “cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública”. En 2017, Lijo elevaría esta causa a juicio, y ordenaría la detención de Boudou, quien fue condenado en 2018.
Si hablamos de Ariel Lijo, hay que hablar de Ricardo Lorenzetti, el ministro de la Corte Suprema que lo propuso ante Milei para la Corte. Actualmente, dentro de este órgano, Lorenzetti se encuentra en minoría, pero de aprobarse, Lijo y García Mansilla tendrían una situación más favorable y conveniente. Por esto, Lorenzetti ha colaborado activamente en la búsqueda de avales para el candidato, particularmente de parte de los gobernadores peronistas.
Un magistrado con este historial debería venir acompañado de una defensa sólida y convincente. En la balanza fiscal no, pero aquí el gobierno sí incurre en déficit. Hay tres argumentos que ha utilizado Milei a favor de Lijo: él es quien lo puso preso a Boudou; es el único que conoce perfectamente cómo funciona el sistema judicial, y es el único especializado en ciberdelitos. No solo el primer argumento es equivocado (A Boudou lo condenó un tribunal oral), sino que evalúa a un juez por el contenido de un fallo cuando a estos se los evalúa por la transparencia y corrección de sus métodos. Para entrar a la Corte Suprema, Ariel Lijo necesitará los votos de dos tercios de los miembros presentes del senado. En el PRO hay diferencias entre dirigentes: Por un lado, Macri se ha pronunciado en contra, pero Bullrich está a favor.
En el radicalismo también hay disidencias. Están quienes piden que sea una mujer quien se sume a la Corte, para mantener una mínima paridad de género en el máximo tribunal. Sin embargo, la posición de Martín Lousteau brilla por su ausencia. En el peronismo pasan cosas interesantes, porque Lijo tiene el favor de gobernadores, como Gildo Insfrán y Raúl Jalil, pero la pieza clave, evidentemente, es Cristina. Sin ella no se llegan a los dos tercios. Por esto se habían arrancado negociaciones (las cuales pusieron en alerta a los dialoguistas), pero parecen haberse caído.
Este hombre es uno de los candidatos más discutidos que jamás fueron considerados para integrarse en el máximo tribunal. ¿Es Ariel Lijo el nombre indicado para proveer la seguridad y transparencia jurídica que el crecimiento económico y el fin de la casta requieren?
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