El Archipiélago de Chagos fue separado de Mauricio en 1965 antes de que el país insular lograra su independencia en 1968, cuando el Reino Unido desalojó forzosamente a los más de mil habitantes de Chagos y lo convirtió en parte del Territorio Británico del Océano Índico (BIOT) para facilitar un acuerdo militar con Estados Unidos. Los chagosianos fueron reubicados principalmente en Mauricio y Seychelles, lo que generó años de protestas y reclamos de los exiliados y sus descendientes, que aún luchan por su derecho al retorno. La base militar en la isla Diego García ha sido una pieza fundamental para la defensa y las operaciones militares en la región, especialmente durante la Guerra Fría y los conflictos posteriores en el Medio Oriente. Además, resulta clave para la seguridad regional y la influencia occidental en el Océano Índico, por el cual circula un flujo importante de comercio internacional.
En 2019, la Corte Internacional de Justicia emitió una opinión consultiva determinando que el Reino Unido debía poner fin a su administración sobre Chagos y devolver el archipiélago a Mauricio, calificando la ocupación como ilegal. La Asamblea General de las Naciones Unidas también aprobó una resolución pidiendo el cumplimiento de este fallo. A pesar de esto, el Reino Unido continuó resistiendo el retorno de la soberanía hasta que las negociaciones bilaterales con Mauricio comenzaron en 2022. El acuerdo alcanzado recientemente se presenta como una solución pragmática que permite resolver el conflicto de soberanía mientras se mantiene la funcionalidad de la base militar en Diego García: Reino Unido transferirá la soberanía de las islas, incluyendo Diego García, a Mauricio, pero mantendrá su presencia militar por 99 años más bajo un régimen de arrendamiento. De esta manera, y bajo la perspectiva británica, este acuerdo asegura dos temas en simultáneo. Por un lado, una mejora en la reputación internacional del país con respecto a las cuestiones de descolonización por las que es señalado constantemente y por otro lado, (y más importante) que la base continuará operando, preservando la relación de defensa con Estados Unidos y garantizando la estabilidad en la región.
En el ámbito interno, el acuerdo ha suscitado diversas reacciones. Por un lado, el sector diplomático ha aplaudido el esfuerzo de negociar una solución que preserva los intereses estratégicos del Reino Unido y de Estados Unidos en la región. Por otro lado, ha habido críticas por parte de sectores conservadores que consideran que el Reino Unido debería haber resistido las presiones internacionales, argumentando que la base de Diego García es esencial para la seguridad nacional y global. El gobierno británico, liderado por el primer ministro Keir Starmer, ha manifestado que el acuerdo es un balance necesario entre las obligaciones internacionales y los intereses de seguridad. Starmer declaró que la devolución de Chagos a Mauricio no compromete la capacidad defensiva de la base y muestra la disposición del Reino Unido a resolver disputas coloniales pendientes de manera justa y equitativa.
En esta línea, el Reino Unido ha insistido en que este acuerdo no debe ser visto como un precedente vinculante para otros territorios bajo su control, como las Islas Malvinas o Gibraltar. Las autoridades británicas destacan que cada territorio tiene su contexto particular y que los habitantes de estos territorios deben ser los principales actores en cualquier decisión sobre su soberanía. Resulta contradictorio que, en el caso de Chagos, se reconozca que los chagosianos fueron expulsados, mientras que en lugares como las Malvinas, se reconozca la voluntad de la población actual, que no deja de ser descendiente de colonos británicos que expulsaron, al igual que en Chagos, a la población argentina local.
En conclusión, el retorno del Archipiélago de Chagos a Mauricio es tanto un triunfo diplomático como una estrategia pragmática por parte del Reino Unido. Asegura que sus intereses en Diego García permanezcan intactos, mientras que cumple con las expectativas de la comunidad internacional respecto al proceso de descolonización. La devolución de Chagos, ¿podría influir en otros casos similares?
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