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¿EL FIN DE LA MODERACIÓN? LEALTAD POR SOBRE EXPERENCIA. EL NUEVO GABINETE DE TRUMP

Foto del escritor: Antonella SalernoAntonella Salerno

Por: Antonella Salerno


Donald Trump asumirá su segundo mandato como el nuevo Presidente de los Estados Unidos el 20 de enero de 2025. De cara a este nuevo gobierno, Trump no perdió el tiempo y dos meses antes de asumir comenzó a anunciar a los futuros miembros de su gabinete. Con una campaña sumamente polémica y una agenda para el 2025 que promete reforzar las políticas más duras de su primer gobierno, es importante preguntarnos quiénes serán los encargados de llevar a cabo los objetivos de este Trumpismo recargado. ¿Qué criterio parece primar en la selección de funcionarios? ¿Qué nos pueden decir las designaciones sobre la agenda 2025?


En 2016 Trump ejercía su primer cargo gubernamental. Por ende, su gabinete se vio conformado por funcionarios cercanos al establishment y con más experiencia en la burocracia federal. Habiendo atravesado escándalos de la mano de exfuncionarios que se volvieron fuertes críticos y opositores tras abandonar su gobierno, el criterio de selección para el 2025 parece ser otro. Las designaciones hechas evidencian que los criterios que priman son la lealtad al presidente y la convicción personal sobre sus posturas más duras.


En materia de gobierno fueron llamativas las designaciones hechas en el Departamento de Eficiencia Gubernamental.  A cargo del Departamento designó a Elon Musk -conocido fundador de conocidas empresas como SpaceX y Tesla- y Vivek Ramaswamy- magnate de biotecnología-. Aunque llamativo por su falta de experiencia en cargos políticos, Elon Musk se desenvolvió como un actor clave para la campaña del presidente electo, apoyándola tanto en discursos públicos como económicamente.  A cargo del Departamento, Musk tendrá como objetivos “desmantelar la burocracia gubernamental, recortar el exceso de regulaciones, recortar los gastos innecesarios y reestructurar las agencias federales", como expresó Trump vía la red social X.


En el área diplomática, el nombre más destacado para la nueva administración es el de Marco Rubio, senador por Florida e hijo de inmigrantes cubanos, quien será el nuevo Secretario de Estado. En este respecto, Rubio ha mostrado una fuerte coincidencia con la postura dura de Trump contra la inmigración ilegal y el avance comercial de China. Sin embargo, esta designación generó dudas con respecto a la política aislacionista de “America First”, ya que Rubio, conocido por sus posturas de “halcón”, se declaró partidario de la intervención de EE. UU en los conflictos globales.


Respecto a la política exterior, la nueva administración presentó como futuro embajador de EE. UU en Israel a Mike Huckabee. El exgobernador de Arkansas es conocido por su ferviente apoyo al sionismo israelí, con polémicas declaraciones como en la que expresa su apoyo a la política de “un solo Estado”, o en la que declara “no existe tal cosa como un palestino”. Como embajador en Israel, Huckabee va a ser uno de los principales actores encargados de cumplir con la promesa de Trump de traer Paz a Oriente Medio, una paz con forma difusa y cuyas características todavía no fueron aclaradas.


En materia de seguridad, todos los cargos fueron ocupados por personas que comparten las visiones de Trump en materias de migración y la amenaza China. Por ejemplo, en cuanto al control fronterizo, Trump nombró como “Zar Fronterizo” a Tom Homan. Teniendo experiencia previa en materia migratoria como ex director interino de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), Homan tendrá a su cargo la implementación del plan de deportaciones masivas de inmigrantes ilegales prometido en campaña.


En cuanto al área de Ambiente, la selección de Lee Zeldin como administrador de la Agencia de Protección ambiental demuestra que la lealtad personal a Trump primó como criterio de selección. Zeldin, ex congresista por el Estado de Nueva York y firme defensor de Trump, carece de experiencia previa en el área de ambiente, pero tendrá a su cargo una de las áreas más polemizadas por el discurso del presidente electo. Como declaró el Trump vía redes sociales, como Administrador de la Agencia, Zeldin “garantizará decisiones desregulatorias justas y expeditas que se promulgarán de manera que desatan el poder de las empresas estadounidenses, al tiempo que se mantienen los estándares ambientales más altos, incluyendo el aire y el agua más limpios del planeta”.


Por último, Trump incluyó a su gabinete Robert F. Kennedy Jr., sobrino del ex presidente J. F. Kennedy, que fue designado como Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, un área en la cual Kennedy es conocido por ser un célebre difusor de polémicas declaraciones. Entre las más famosas encontramos su entrevista para Fox News en 2023 donde dijo que “las vacunas causan autismo”, así como la declaración hecha en un video del New York Post donde afirma que “el objetivo del Covid-19 es atacar a los caucásicos y a los negros. Las personas más inmunes son los judíos asquenazíes y los chinos”, una afirmación que carece de evidencia científica sólida.


Hablando sobre su designación, Kennedy expresó que el presidente Trump le había encomendado entre sus objetivos “devolver estos organismos a la ciencia y medicina basadas en evidencia”, un objetivo que, aunque razonable, llama la atención la ser encomendados a una figura tan criticada por la comunidad médica.


Aprendiendo de los errores de la primera presidencia, queda en evidencia que el presidente electo priorizó la lealtad a su persona así como la coincidencia ideológica en sus posturas más radicales para conformar su nuevo gabinete. A esta realidad se le suma el hecho de que la principal herramienta de la oposición para controlar las designaciones- la confirmación del senado- se ve desarticulada ante un Senado de mayoría republicana. En este complejo escenario futuro, la moderación y el diálogo no parecen ser escenarios probables para este segundo mandato.


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