Hace unos días, Cristina Fernández de Kirchner dijo, al comienzo de la inauguración del Salón de las Mujeres del Bicentenario del Instituto Patria, una frase que ha causado bastante revuelo en diversos grupos, principalmente entre las militantes feministas:
Veo desde acá a muchas militantes feministas, pero todos saben que yo no soy feminista. Yo creo que nadie tiene que asumir roles que nunca ha tenido, cada uno se reconoce en lo que es con sus virtudes y sus defectos. Yo no soy militante feminista, pero respeto mucho a las compañeras”. (CFK, discurso 8-05-2024).
Puede causar extrañamiento, pero el peronismo nunca ha adherido a esta causa, sino más bien todo lo contrario; sus creadores han sido sumamente críticos del movimiento como también de uno de sus propósitos actuales: el aborto. Hoy, Evita es vista como símbolo feminista. Sin embargo, en su libro “La razón de mi vida” (1951) escribió fragmentos machistas, en el que reconoce la superioridad del hombre y reduce el fin de la mujer a crear un hogar en donde el hombre es dictador y amo; lejos de ser emancipador de mujeres, afirma que trabajar es propio del sexo masculino y que dicho movimiento no será glorioso y eterno si no se entrega a la causa de un hombre.
ACERCA DEL FEMINISMO
Eva no tenía ni un mínimo interés en ser una líder feminista dado que serlo era caer en el ridículo, por eso afirmaba que “Ni era soltera entrada en años, ni era tan fea, por otra parte, como para ocupar un puesto así”. (Perón Eva, La Razón de mi vida, p.194). También sostuvo que las adherentes a esta causa tendrían que haber sido hombres, y que de hecho, “parecían estar dominadas por el despecho de no haber nacido hombres, más que por el orgullo de ser mujeres”. Fueron “resentidas con las mujeres porque no querían dejar de serlo y, resentidas con los hombres, porque no las dejaban ser como ellos” (Perón Eva, La Razón de mi vida, p.194). Para Duarte, en el fondo, la mayoría de las feministas quieren ser hombres, de allí nace su resentimiento.
En su libro, cuenta que el General Perón le dio la explicación que ella necesitaba:
¿No ves que ellas han errado el camino? Quieren ser hombres. […] No ves que esa clase de “feministas” reniega de la mujer. Algunas ni siquiera se pintan... porque eso, según ellas, es propio de las mujeres. ¿No ves que quieren ser hombres? Y si lo que necesita el mundo es un movimiento político y social de mujeres... ¡qué poco va a ganar el mundo si las mujeres quieren salvarlo imitándonos a los hombres!” (La razón de mi vida, p.195).
Por otra parte, Juan Domingo Perón escribió en su libro “La Nación Argentina Justa, Libre y Soberana” (1949), lo siguiente: “A desterrar del país, la práctica del aborto criminal” (Perón, p.328) Además, sostuvo que: “la acción represora del Estado, pues convencido de que el aborto criminal constituye una práctica amoral y delictuosa, aún cuando la tomen a su cargo profesionales del arte de curar, ha orientado sus esfuerzos hacia la meta de desterrarla para siempre de entre nosotros” (Perón, p.328). En definitiva, Perón creía que la misión del Estado residía en exterminar el aborto.
LA POSICIÓN DEL KIRCHNERISMO RESPECTO AL ABORTO Y EL FEMINISMO
En el kirchnerismo, Cristina fue la continuación del legado ideológico peronista antifeminista. O así fue, al menos, en un principio. Previo a su primer mandato, afirmó: “Siempre me definí contra el aborto porque soy católica, pero también debido a profundas convicciones”. Cuando apenas se estaba dando la crecida del feminismo en Argentina, el propio Código Civil -reformado en el año 2015 bajo un gobierno kirchnerista- estableció que hay vida desde el momento de la concepción y se adquieren derechos antes de nacer. Hasta aquellos años, nunca se había interesado por la causa; ni siquiera en poner como debate la idea del aborto. Sin embargo, dentro del Parlamento Europeo, en el año 2017, Cristina mencionó: “El movimiento feminista es una de las cosas más maravillosas que se están construyendo en la Argentina” e hizo alusión a que, su hija, militante de la causa, fue la que terminó de abrir su cabeza. Además, habló contra el patriarcado, el cual ve como una de las razones por las que entiende que fue violentada. A causa de este, fue concebida como un modelo de mujer que no se corresponde con su persona, por lo que tuvo que empoderarse para salir de las imposiciones de la sociedad.
En su intervención en el debate del proyecto de Ley de IVE, en el año 2018, dio un discurso en donde dejó en claro ser pro-aborto puesto que dijo que acompañaría la media sanción y que la misma constituía una medida para combatir al patriarcado. También sostuvo que quienes la hicieron cambiar de opinión fueron miles de chicas, que criticaron la realidad de una sociedad patriarcal. Finalmente, traicionando a la tradición peronista, expresó: “Desde mi propio movimiento político, tenemos que entender también, que vamos a tener que incorporar la cuestión feminista a lo nacional y popular”. Lo más irónico es que dijo ser defensora de la vida y luego votó a favor del aborto e incluso, en su último gobierno, se dio la legalización del mismo.
Realmente, resulta tragicómico que la figura del feminismo sea Cristina Kirchner, puesto que no sólo hizo que militaran a un hombre blanco, hetero-cis, con familia tradicional bajo el rótulo de normal, sino que además les confesó, luego de haberse ganado su apoyo, que no adhiere a la causa. Por eso, puede ser difícil para las seguidoras de este movimiento darse cuenta que todos estos años fue meramente un discurso para obtener su adhesión. Aquí se ve la diferencia que hay entre el dato y el relato que utilizan los grandes políticos para mantenerse en el poder. Sin embargo, lo único claro es que confirmó que se mantiene a pie con el peronismo real.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión de la Revista Conciencia Política y/o de la Pontificia Universidad Católica Argentina.
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