Por: Victoria Cosenza
Luego del debate en el Senado y la aprobación general de la ley bases, se procedió a una votación por títulos de la misma. El título VII es probablemente el que más llamó la atención en la Opinión Pública: ¿Es la fórmula correcta para mejorar el escenario socioeconómico? ¿Qué consecuencias podría traer aparejadas?
Este “proyecto” busca y se concentra en promover el desarrollo económico, incrementar las exportaciones, crear nuevo empleo y otorgar las condiciones de previsibilidad y estabilidad que se consideran necesarias para incentivar a potenciales inversores. El plazo de entrada será de dos años desde que entre en vigencia el régimen con posible prórroga del ejecutivo de duración de un año a partir del vencimiento del plazo inicial. Para clasificar como “Gran inversión” esta debe contar con un monto de inversión mínimo en activos computables de USD$200.000.000, además de “Prever para el primer y segundo año, contado desde la fecha de aprobación del plan de inversión y de la solicitud de adhesión, el cumplimiento de una inversión mínima en activos computables igual o superior a la prevista en el segundo párrafo del artículo 171”.
Antes de la entrada al Senado, Bartolomé Abdala, senador por el oficialismo, comunicó las modificaciones realizadas, entre las cuales la que respecta a este régimen se trata de una enumeración específica de las áreas que podrán adherirse: minería, energía, tecnología, agroforestal e infraestructura.
En el debate en el Senado, uno de los críticos de este título en particular fue el Presidente de la UCR, Martin Lousteau. Entre los desperfectos que encontró en el RIGI, explica que “acumula regímenes de producción”, además de que no indica sectores donde se aplicará el mismo, lo cual podría incrementar el gasto tributario de forma ineficiente. Asimismo, afirma la promoción de una competencia desleal de los que importen sin realizar el pago de derecho de importación. “Acá estamos dejando afuera a los productores nacionales y a los productores pyme. Estamos dejando afuera la posibilidad de insertarnos en la cadena de valor” explicaba el Senador. Luego de algunas críticas más que llevaron adelante otros senadores, sobre todo haciendo hincapié en el descuido ambiental que se podría dar por la falta de control a las empresas, para cerrar el debate, el Senador Abdala explicó que los cambios sugeridos eran impertinentes porque las modificaciones necesarias las había anunciado previamente: “Brevemente, quiero hacer un comentario a algunas críticas que hemos suscitado respecto a que alguien intentó decir que éramos desprolijos o algo parecido. Creo que nada más lejos de faltar a la verdad en esa expresión. Desde el oficialismo, lo que se ha hecho con este título fue, simplemente, ponerlo a disposición para el debate, para el disenso, pero, también, en muchos casos, para el consenso. Esto ha derivado, como ya manifesté previamente, en que este Título VII ha tenido varias modificaciones, que ya las he leído todas; motivo por el cual me parece innecesario aceptar cualquiera de las distintas sugerencias o modificaciones que me han solicitado”
Ahora bien, ¿ayudará este nuevo régimen a atraer inversiones? ¿Son estas las medidas necesarias que traerán el desarrollo que tanto anhelamos o van por el camino equivocado?
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