Por: Nahir Ticozzi
El Proceso:
Es oficial: el partido del Congreso Nacional Africano (CNA) se vio en la necesidad de compartir el poder por primera vez desde que el “Apartheid” llegó a su fin en 1994 luego de perder la mayoría parlamentaria en las elecciones nacionales sudafricanas del pasado 29 de mayo.
Esta histórica derrota se debe, en parte, al partido uMkhonto weSizwe (MK) del expresidente Jacob Zuma, que con solo seis meses de existencia ya ha reducido el apoyo al Congreso Nacional Africano. Este último recibió el 40,2% de los votos, un declive de más de 17 puntos porcentuales en comparación con el 57,5% obtenido en las últimas elecciones nacionales de 2019. Actualmente, tiene tan solo 159 escaños de 400 en la Asamblea Nacional.
La Alianza Democrática (DA), partido de centro- derecha proempresarial con una base de población en su mayoría blanca, quedó en segundo lugar con un 21,8% de los votos, equivalente a 87 escaños. El partido MK de Zuma obtuvo el 14,6% de los votos (58 escaños), convirtiéndose así en el tercer partido de mayor alcance en la Asamblea Nacional. Tras la pérdida de fortaleza del CNA, en parte debido a los altos índices de pobreza, desigualdad y criminalidad en el país, el Secretario General del CNA, Fikile Mbadula, declaró en una conferencia de prensa: “Hemos sufrido mucho, pero no estamos afuera (…) Estamos hablando con todo el mundo, no hay nadie con quien no estemos dispuestos a hablar”.
Es así como comenzaron a entablar relaciones y acuerdos con el DA. Las negociaciones no se dieron sin obstáculos: diversas facciones del CNA se alzaron en oposición ideológica a la agenda económica de libre mercado del DA, el cual tampoco apoya las cuotas raciales en el lugar de trabajo, introducidas por el ANC, ni el nuevo sistema de seguro de salud nacional financiado por el gobierno. La DA también se opone a establecer un salario mínimo, argumentando que contribuye al desempleo. Mientras tanto, el CNA cree que un salario mínimo protege a los trabajadores negros con pocas habilidades de la pobreza extrema. Luego de las negociaciones y la apertura de John Streenhusen, líder del DA, a una alianza con el CNA desde un inicio (ya que sabía que era poco probable que superara el 22% de los votos), el DA se unió por primera vez al Gobierno nacional, acordando así trabajar en conjunto para elaborar un nuevo Gobierno de unidad nacional en Sudáfrica.
Las Elecciones:
El pasado viernes 14 de junio, Cyril Ramaphosa –actual presidente sudafricano– fue reelecto para un nuevo mandato con 238 votos en el Poder Legislativo. El triunfo fue resultado de un acuerdo crucial entre los dos partidos tradicionalmente antagónicos del país: el Congreso Nacional Africano y la Alianza Democrática. Este acuerdo marca un precedente para la política sudafricana, significando un cambio trascendental desde que Nelson Mandela llevó al ACN a la victoria en 1994
Steenhuisen declaró "Hoy, Sudáfrica es un país mejor que ayer. Por primera vez desde 1994, nos hemos embarcado en una transferencia de poder pacífica y democrática a un nuevo gobierno, que será diferente del anterior”. En su declaración señaló que "a partir de hoy, la DA cogobernará la República de Sudáfrica con un espíritu de unidad y colaboración", asegurando que este nuevo Gobierno multipartidista es la "nueva normalidad”.
Por primera vez tras 30 años, el CNA perdió la mayoría en las elecciones y tuvieron que pasar dos semanas de conversaciones para conocer la decisión del nuevo Parlamento.
Por parte del CNA, Mbalula declaró tras la victoria que “hoy es un paso notable después del 29 de mayo”, señalando que los nuevos partidos que conforman el nuevo gobierno de unidad cooperarán tanto en el poder Ejecutivo como en el Legislativo. "Permítanme explicarles que el gobierno de unidad nacional es por el bien del país", agregó.
Sin embargo, los estadistas sugieren que el tiempo de Ramaphosa en la administración será limitado, ya que ningún presidente del CNA ha cumplido en su totalidad un segundo mandato. Mandela eligió no postularse a un segundo mandato, mientras que sus sucesores, Thabo Mbeki y Zuma, fueron obligados a renunciar como líderes del partido antes de que terminaran sus mandatos. Después de haber presidido una derrota histórica para el CNA, la presión sobre Ramaphosa para que renuncie antes de que termine su mandato podría aumentar.
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