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LA OPORTUNIDAD DE PRODUCIR DE MANERA SOSTENIBLE

Foto del escritor: Christian GaunaChristian Gauna

Por: Christian Gauna


Desde producciones libres de deforestación hasta carne vacuna carbono negativo, el campo y la industria le buscan la vuelta para cumplir con los duros estándares europeos y mantener mercados que cada vez se vuelven más exigentes con Argentina, especialmente en cuanto a la sostenibilidad ambiental.


Los consumidores y las regulaciones europeas cada vez son más duras respecto a  los productos de importación. Aunque en muchos casos se hable de barreras paraarancelarias, lo cierto es que las conductas alimentarias y el comportamiento de compras cada vez tienen más en cuenta aspectos verdes. La huella de carbono, la huella hídrica y diversos sellos o certificaciones son los que dan crédito de que esos productos fueron producidos generando el menor impacto medioambiental, siendo los preferidos para los mercados del viejo continente. 


Argentina no se ha quedado  atrás y desde hace tiempo está buscando alternativas para competir en estos mercados. En  este marco, se generaron  trabajos entre establecimientos agropecuarios o industrias con institutos como el INTA, con el fin de  generar alternativas de producción y certificación de la mercadería. 


Como resultado de estos trabajos, dos establecimientos ganaderos pudieron certificar vía INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y ante el INTI (Instituto Argentino de Tecnología Industrial) el cumplimiento del protocolo “Meet of Mammal” del Instituto Sueco de Normalización, basado en las mediciones de huella de carbono y controles de cálculos que exige la IPCC, un grupo de expertos internacionales sobre el cambio climático, líder en la temática. 


¿Cómo se logró la producción de carbono negativo? Gracias al sistema silvopastoril implementado en un monte nativo. Es decir, “hacer ganadería debajo de los árboles”. Los animales se alimentan de las hojas inferiores y de las chauchas y, a su vez, de forraje sembrado por aviones. De esta manera, tanto los árboles como las pasturas capturan  grandes cantidades de carbono, contrarrestando las emisiones de metano de las vacas. 


Es muy importante el logro de los establecimientos San Esteban, de Entre Ríos, y Ralicó, de  Córdoba. Ambos abren un nuevo capítulo en la historia de la producción ganadera argentina. Demuestran que la ganadería puede ser sostenible y que nuestro país tiene los recursos y actores para lograrlo


Siguiendo con las barreras, el año pasado, el Parlamento Europeo aprobó la regulación 2023/1115, que busca evitar la entrada de  determinados productos provenientes de áreas deforestadas al mercado del bloque.  


Con esta regulación de fondo, nuestro país logró embarques que cumplen  con lo anterior, demostrándole al mercado mundial la capacidad de producción e industrialización. 


Un ejemplo de esto fueron los embarques de carne libre de deforestación, degustada en la embajada argentina en Alemania -principal comprador europeo de nuestra carne- el pasado 3 de junio durante un evento. Otro ejemplo son las partidas de harina de soja, también libres de deforestación, que logró realizar Argentina por primera vez a finales del año pasado con la implementación del protocolo VISEC (plataforma de sustentabilidad ambiental).


De esta manera, se están buscando  alternativas productivas e industriales que satisfagan los mercados más exigentes. Por su parte, las regulaciones podrían convertirse en  oportunidades ya que está demostrado que, con mayor o menor dificultad, la producción nacional puede cumplir con los requisitos exigidos.  


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