¿Se avecina un nuevo conflicto en la península coreana?
Por: Sofía Bethular
Son las 22:46 horas del lunes 27 de mayo en Japón. El gobierno emite una señal de alerta instantánea por el lanzamiento de un posible misil de parte de Corea del Norte. Se urge al sur de la nación evacuar o buscar refugio.
Tan solo 2 minutos antes, Corea del Sur advertía el despliegue de un proyectil desde Dongchang-ri, en la costa noroeste norcoreana.
El llamado se levantó tan solo unos minutos después, a las 23:03, cuando se determinó que ya no había riesgo de que un misil alcanzara el territorio tras la explosión del cohete en la primera etapa del vuelo.
Aquel cohete transportaba, según el gobierno norcoreano, un satélite que pretendía ser el segundo que el país ponía en órbita. Se había advertido la posibilidad de este lanzamiento entre el 27 de mayo y el 4 de junio. Tanto Japón como sus aliados, Estados Unidos y Corea del Sur, habían solicitado que se desistiera el lanzamiento, pedido que Corea del Norte denegó. Este es tan solo el más mediático de una larga lista de provocaciones militares por parte de Corea del Norte que, en lo que va del año, ha realizado ya diversos lanzamientos de misiles, muchos dirigidos al mar de Japón.
A mediados de mayo, Corea del Norte había lanzado misiles balísticos de corto alcance como respuesta a una prueba de aviones de guerra conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur, prueba que la milicia norcoreana percibió como ensayo para un posible ataque. Asimismo, el pasado 30 de mayo, se dispararon 18 cohetes KN-25 nuevamente hacia el mar japonés.
Recientemente, los líderes de Japón, Corea del Sur y Estados Unidos se reunieron en Washington para discutir la amenaza que estas acciones suponen para la región y condenaron los intentos de Corea del Norte por desestabilizar el status quo.
A pesar de tener enormes índices de pobreza, hambrunas y violaciones a los derechos humanos de la población, Corea del Norte sostiene un ejército de gran medida, con el 5% de la población dentro del ejército. Además, realiza enormes inversiones en armamento, lo que les permite haber realizado, en lo que va del año, decenas de lanzamientos de proyectiles.
En adición a la obvia amenaza directa y los gastos que significa para Japón el avance armamentístico de Corea del Norte, que pone en peligro no solo el territorio, sino también la vida de los habitantes, la situación pone en tela de riesgo la estabilidad regional. Las continuas provocaciones de Corea del Norte incrementan la tensión en la región, lo que podría derivar en un conflicto más amplio que involucre a otros países.
La primera pregunta que surge con esta información es: ¿qué se hace al respecto? Como es de esperarse, los testeos realizados por Corea del Norte están prohibidos por las Naciones Unidas, ya que no debería poder realizar ningún lanzamiento de tecnología balística. Sin embargo, el efecto de estos dictámenes es prácticamente nulo, y la potestad de las Naciones Unidas en su conjunto es muy débil. Esto se debe a que Rusia, aliado clave y socio comercial y militar de Corea del Norte, se encargó de vetar los monitoreos armamentísticos en el país haciendo uso de su posición en el consejo de seguridad.
A partir de esto surge otro interrogante: ¿hasta cuándo podrán los países vecinos y la comunidad internacional tolerar las provocaciones de Corea del Norte sin tomar acciones decisivas? ¿Están las Naciones Unidas y otros organismos internacionales fallando en su misión de mantener la paz y seguridad global?
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