Por: Francisco Galván
El 31 de Julio, TN1 publicó la primera entrevista a Santiago Caputo, el asesor presidencial estrella de Javier Milei. En esta Caputo nos ofrece algunas definiciones interesantes, tales como que él jamás tuvo ni tiene ambición de ejercer un cargo público, o que carece de responsabilidades formales, y simplemente trata de ayudar a Karina y Javier. Además, cuando le preguntaron sobre Mauricio Macri, aseguró tener una excelente opinión de él: “Hemos tenido muy buenas charlas privadas, siempre es interesante escuchar a una persona que logró tantas cosas”. Esto es cuanto menos curioso teniendo en cuenta que, al día siguiente en La Nación2, Macri diría que “las cosas que hablamos con Santiago no funcionaron”.
Estos fragmentos de información nos reflejan aspectos de una personalidad enigmática, y como vamos a ver, primordial en la gestión Milei. Pero nos estamos adelantando: primero, cabe preguntarse quién es Santiago Caputo. Como respuesta puede uno comenzar diciendo que es sobrino segundo de Luis «Toto» Caputo, el ministro de economía, y de Nicolás Caputo, el empresario titular del Grupo Caputo; Comenzó su trayectoria política de la mano de Jaime Durán Barba y conoció a Javier Milei en diciembre de 2020, por medio de Ramiro Marra, quien fue su compañero de colegio. Caputo supo ganarse el favor y la confianza del actual presidente, ayudándolo en su campaña presidencial, en tal medida, que en su primer discurso tras haberse consagrado presidente electo, Milei lo nombra y agradece directamente, con nombre y apellido, caracterizándolo cómo el “arquitecto” de su victoria. Desde entonces, Santiago ha estado brindando apoyo a Javier en calidad de asesor presidencial. En esta posición, se insertó en el círculo más chico del presidente, a un nivel de confianza que solo podría ser comparados con el de Karina. Solo como ejemplo, en una entrevista4 en diciembre de 2023, el ministro de justicia Mariano Cúneo Libarona declaró: “Santiago Caputo es mi jefe”.
Sea motivado por unas ganas de ayudar a su amigo, o por una ambición propia, los hechos son que Santiago Caputo, sin ser funcionario, acumuló una cantidad de poder comparable a pocas figuras en la historia argentina. Este poder se expresa por la significancia que tiene su voluntad a los ojos del presidente, y por la colocación de hombres de su alta confianza, secuaces uno podría atreverse a decir, en posiciones clave del estado.
La primera figura a la que le echaremos un vistazo es la de Sergio Darío Neiffert, el director de la Secretaría de Inteligencia Del Estado (SIDE). Neiffert, a quien Caputo conoce por lazos familiares, se insertó primero como interventor de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia). Él no tiene experiencia en el área de inteligencia previo a su nombramiento, y ocupó cargos menores en la intendencia de Malvinas Argentinas, cuando Jesús Cariglino era intendente. Lo importante de esta persona es que es un hombre de Caputo, y que, dada la reestructuración del sistema de inteligencia nacional5, será él y solo él quien estará a cargo de los fondos reservados (que son fondos cuyo uso específico no se hace público6), no solo para la SIDE, sino también para los ministerios de seguridad y de defensa. Es decir, si Bullrich o Petri quieren hacer uso de los fondos reservados de sus ministerios, van a necesitar de la firma de Sergio Neiffert, y por tanto, de Santiago Caputo. Además, un DNU7 asigna unos cien mil millones de pesos adicionales a la SIDE, en calidad de fondos reservados, lo que otorga a Neiffert-Caputo un poder aún mayor, ya que no van a tener que rendir cuentas sobre el uso de estos fondos, casi que están para lo que ellos quieran. Sin embargo, es posible que este DNU sea volteado por la oposición en el congreso las próximas semanas, pero está por verse.
Tornándonos hacia el Ministerio de Justicia, podemos observar a Sebastián Amerio, el secretario de justicia. Este es el segundo del ministro Cúneo Libarona, y fue elegido por Milei y Caputo cuando estaban armando el gabinete. De hecho, llegó antes que el actual ministro. No solo eso, sino que a Mariano lo trajo el mismo Amerio.8 El secretario proviene de la secretaría penal de la Corte Suprema de Justicia, y posee una vieja amistad con el joven Caputo. Un gol que logró definir Amerio contra el ministro fue convertirse en el representante del poder ejecutivo en el consejo de la magistratura. Este era un puesto codiciado por muchos que Caputo, gracias a Sebastián Amerio, logró asegurar.
Santiago Caputo puede ser caracterizado como una figura central en áreas que han sido expuestas en este artículo, y otras más, como lo son las telecomunicaciones, las privatizaciones, la relación con el PRO, la estrategia legislativa, o sus ex-socios Guillermo Garat y Rodrigo Lugones. Cabe preguntarse, ¿debería un hombre que no fue votado asumir tantas responsabilidades tan importantes? Pero por el otro lado, ¿Qué sería de la gestión actual sin su asesor todoterreno? ¿Se mantendría en pie? ¿Vale más una mayor eficiencia y efectividad estatal o mayor justicia institucional y procedimental?
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