En las últimas semanas se han dado a conocer numerosos proyectos para equipar a las Fuerzas Armadas, las cuales han sufrido un gran proceso de degradación y desinversión en el último tiempo, que las ha dejado en un nivel operativo crítico. Sin embargo, hay que preguntarse si estos avances son suficientes para revertir la tendencia de los últimos años o, simplemente, es un parche más de los muchos que se han venido aplicando.
El 16 de abril se dio a conocer la firma de un contrato de 300 millones de dólares a Dinamarca por 24 cazas F-16 Fighting Falcon A/B MLU y otros 300 millones a Estados Unidos por armamento e inversiones logísticas que incluyen por ejemplo misiles AIM 9 SIDEWINDER, AIM 120 AMRAAM, bombas guiadas, etc. Además de la inversión en armamento sería necesaria la capacitación de los aviadores, mecánicos y la refacción de las pistas y bases de la Fuerza Aérea.
Esta compra significa un gran avance, ya que desde la baja del Sistema de Armas MIRAGE, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) no contaba con aviones de cuarta generación. Únicamente contaba con algunos cazabombarderos A4 AR Fightinghawk que además de ser subsónicos no cuentan con capacidades reales de sobrevivir un combate aéreo.
En cuanto a lo que se refiere al Ejército Argentino (EA), se barajaron varios proyectos, entre ellos la adquisición de Vehículos de Combate Blindados a Rueda (VCBR) de los cuales la anterior gestión firmó una intención de compra por 156 VCBR “Guaraní” brasileños, sin embargo ante el estancamiento de las negociaciones en cuanto a financiamiento, se reflotó la oferta hecha por Estados Unidos de los M1112 “Stryker” en sus configuraciones de transporte de personal, de combate de infantería y de puesto comando. A su vez se discute la posible compra de nuevas piezas de artillería autopropulsada, y se continúa con el proyecto de modernización del tanque TAM 2C.
Por otro lado, en el informe número 139 del Jefe de Gabinete de Ministros aparece la cuestión de recuperar la pérdida de capacidad submarina de la Armada Argentina, que se encuentra prácticamente inexistente desde el hundimiento del submarino ARA San Juan. En este informe se habla de dos opciones, la primera de la construcción de tres submarinos y la segunda de comprar submarinos de segunda mano.
A modo de conclusión, las compras y los proyectos mencionados anteriormente son bastante ambiciosos, y de completarse en su totalidad significarán una potenciación de las Fuerzas Armadas Argentinas en su totalidad. Sin embargo, algunos de los puntos más urgentes para la reconstrucción de las Fuerzas Armadas son la creación de stocks de munición, el abastecimiento de víveres de la fuerza (recordemos que para fines del año anterior había problemas de racionamiento) o, por último y no menos importante, la equiparación salarial del personal militar, siendo que la mayoría de los sueldos no logran cubrir la canasta básica familiar (en abril del 2024 un oficial recién egresado cobra $527.099, y la canasta básica es de $828.158,19).
Para finalizar, se han dado pasos muy importantes en la recomposición del aparato de Defensa, no obstante, es importante que haya un acompañamiento por parte de la política, y que no quede una vez más en una intención de compra.
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