La reciente expulsión recíproca de diplomáticos por parte de los primeros ministros Justin Trudeau y Narendra Modi (seis cada uno, incluyendo a los embajadores) el día lunes 14, se dio en el contexto del avance en una investigación policial llevada a cabo en Canadá iniciada en junio de 2023. Se relaciona con un movimiento de la Provincia de Punjab, el sijismo, activo entre los 70 y los 80 en tal país. Durante estos años, el gobierno indio se enfrentó al movimiento independentista sij. 1984 significó el final del sangriento conflicto, sin embargo, a día de hoy, aquellos que reivindican la independencia del Estado sij (Jalistaníes) se encuentran mayormente dispersados en países como Australia, Reino Unido y Canadá. Es importante aclarar que los sijs representan el 2% de la población total del país norteamericano e incluso se ha visto al líder canadiense en actos públicos demostrando su apoyo al movimiento. En India, este movimiento ha sido prohibido e incluso se ha pedido a los estados previamente mencionados que tomen acciones legales contra esta población.
El hecho criminal que llevó a los altos funcionarios de estos países a elevar los niveles de tensión se dio en la ciudad de Surrey, Columbia Británica, el año pasado. El activista canadiense de origen indio, Hardeep Singh Nijjar (45), fue asesinado cuando salía del templo sij, el 18 de junio de 2023. Tres años antes, había sido calificado como terrorista por presunta participación en el atentado contra un sacerdote hindú y proclamación activa de la creación de Jalistán. Ahora, la causa directa de la nueva etapa de las relaciones entre India y Canadá ha sido una de las posibles conclusiones a las que ha llegado la policía canadiense: el involucramiento de agentes indios en el homicidio del líder Nijjar, un “ataque selectivo”. Esta hipótesis comenzó en septiembre del 2023, cuando Trudeau se presenta ante el parlamento mencionando las posibles implicancias de India en el acontecimiento, basado en información de inteligencia y calificándolo como una violación a la soberanía. Rápidamente, la India negó las acusaciones, alegó que no había suficientes pruebas y descartó la posibilidad de cooperar en la investigación. Desde ese momento, las relaciones canadienses-indias se han enfriado.
El comisionado de la policía canadiense, Mike Duheme, ha potenciado la indagación al crear una unidad policial especializada en el crimen contra miembros de la comunidad del sur de Asia en Canadá, en febrero de 2024. La investigación llegó a tal punto que era imperativo la revelación pública de la información “debido a la amenaza significativa a la seguridad pública de nuestro país” y, además, tales agentes indios están implicados en actos de violencia, extorsión, amenazas y asesinatos que suponen una grave amenaza. Cabe destacar que aquellos funcionarios indios expulsados fueron declarados “personas de interés”, es decir, que podrían estar implicados con el asesinato.
No cabe duda que las relaciones canadienses-indias han entrado en una nueva fase de enfriamiento y mayor incertidumbre. Sumado a esto, la confirmación de la posible participación delictiva de India en suelo canadiense podría incluso llevar a una ruptura de las relaciones. Sin embargo, el primer ministro Trudeau ha sido visto participando de actos conmemorativos del movimiento independentista, es decir, contrarios al gobierno asiático, lo cual no justifica una probable violación de la soberanía de un Estado, en pos de conseguir objetivos políticos y mantenerse en el poder.
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